El ‘coaching’ es una disciplina que busca la resolución de problemas y la consecución de objetivos. Su método puede aplicarse a todos los aspectos de la vida de una persona: desde su rendimiento profesional hasta su bienestar psicológico, pasando por su entrenamiento físico, la mejora de sus habilidades de liderazgo… y sí, también la salud financiera.
Un ‘coach’ financiero es el profesional que marca las estrategias necesarias para poner en orden las finanzas personales y conseguir las metas.
No se trata de un asesor, cuya tarea está más enfocada en analizar la situación financiera de la persona para ofrecerle soluciones concretas. El ‘coach’ se centra más en entrenar a su cliente para que tome las decisiones correctas y cambie sus patrones de comportamiento con el dinero. Se trata de un profesional, con formación multidisciplinar en ‘coaching’ y finanzas, cuya misión es educar y motivar a la persona para que logre las metas que se ha propuesto. Pero ¿cómo trabaja en la práctica un ‘coach’ financiero?
Toma de contacto
Lo primero que necesita el profesional es conocer bien a su cliente. Para ello, le hará una serie de preguntas que abarcan desde lo más general (situación vital actual) hasta lo más concreto (situación financiera). Esta fase sirve para recopilar información sobre los ingresos y gastos de la persona, su patrimonio, sus hábitos financieros y cuáles son los problemas económicos a los que se está enfrentando.
Plan de acción
Con los datos obtenidos en la etapa inicial, el ‘coach’ diseñará un plan de acción financiero para conseguir un objetivo S.M.A.R.T, (acrónimo compuesto, en español, por los adjetivos: específico, medible, realizable, realista y oportuno). Según la definición del Corporate Finance Institute (CFI) el objetivo S.M.A.R.T. es: “una meta inteligente que incorpora todos estos criterios para ayudar a enfocar los esfuerzos y aumentar las posibilidades de alcanzar las metas”.
El plan de acción financiero, según apunta el Instituto de Finanzas y Empresas (IFE), consta de las siguientes fases:
- Análisis inicial: se realiza un estudio de la situación financiera de la persona que incluye: su cuenta de resultados; un estudio de los activos, pasivos y balance patrimonial; la realización de un balance personal general; la relación entre los ahorros y los ingresos y los niveles permitidos de deuda y la evaluación del presupuesto.
- Estudio del riesgo: el manejo del riesgo es una parte importante dentro de la planificación financiera ya que ayuda a evitar que los acontecimientos no esperados afecten a la economía personal y familiar. El profesional ayuda a poner en marcha un plan para mitigar los riesgos y tener una cobertura financiera en caso de que llegue algún imprevisto. En esta etapa, también entraría la planificación de seguros.
- Identificación y cuantificación de metas financieras: el ‘coach’ guía a la persona, en esta fase, para que consiga sus objetivos económicos: desde la adquisición de una vivienda hasta un plan para el retiro, pasando por los impuestos, la sucesión o la planificación de metas de ahorro.
- Plan financiero: identificar las estrategias necesarias para alcanzar las metas con una visión objetiva y establecer un plan de acción. Si, por ejemplo, la persona quisiera invertir una parte de su dinero, su plan de acción pasaría por establecer la cantidad que va a destinar a la operación, su perfil de inversor, el horizonte temporal y las opciones que le ofrece el mercado para diseñar su cartera de inversiones.
Implicación
El ‘coach’ necesita que su cliente tome una postura activa y trabaje, también fuera de las sesiones, en las estrategias correctas para poner en marcha las soluciones. Tal y como explica la escuela de negocios EAE Business School en su blog: “Para el ‘coaching’, la implicación, el tomar una postura ante las problemáticas que se afrontan y la asunción de responsabilidades son cuestiones críticas, cruciales”. La confianza que se establece entre el profesional y su cliente es fundamental para llevar el proceso a buen término porque: “El ‘coaching’ financiero traspasa las lindes del mero asesoramiento instalándose en el terreno del acompañamiento”.
Contar con el apoyo de un ‘coach’ le permitirá a la persona tener una visión integral de sus finanzas, adquirir educación financiera, tomar el control de su dinero y alcanzar sus metas de ahorro. De esta manera, sus decisiones económicas tendrán un impacto positivo en su calidad de vida y le ayudarán a conseguir mejores oportunidades.
Fuente: BBVA